Lunes de análisis en la sede del Partido Socialista (PS) francés tras la segunda vuelta de las elecciones locales. Además de su tremenda caída en todo el país el voto de castigo contra el Gobierno se puede ver en la abstención, muy alta, que ha marcado un récord histórico: un 36,3%.
“Bueno, hay un perdedor, que es la democracia”, opina Dominique Moisi, del Instituto de Relaciones Internacionales. “Casi un 40% de los franceses se ha abstenido, lo que es la mayor cifra en la Historia de la V República en unas locales”.
Aunque el PS ha conseguido mantener algunas plazas importantes como París, ha sido claramente derrotado en cómputo global por la UMP (Unión por un Movimiento Popular, centroderecha). El Frente Nacional (FN) ha vivido un ascenso que sabe a victoria.
“No creo que esta remodelación cambie nada si la política no cambia. Y creo que la politica no cambiará porque la verdad es que es el camino de Bruselas. No es François Hollande el que decide, no más que Nicolas Sarkozy. Bruselas considera que tenemos que llevar a cabo una política de austeridad como en Grecia, España o Italia, y esto es lo que François Hollande está haciendo ahora”, decía en una entrevista Marine Le Pen, líder del FN.
Aunque esperado, el varapalo de los socialistas en las elecciones locales francesas parece forzar a Hollande a reaccionar ante esta derrota y a remodelar su Gobierno. De momento solo hay rumores: El ministro del Interior Manuel Valls suena como posible sustituto del primer ministro Jean-Marc Ayrault.