Rabia y desesperación a las puertas de la embajada de Malasia en Pekín. Unos 200 familiares de los 153 chinos que viajaban en el Boeing 777 desaparecido en el Índico han acusado a las autoridades de dicho país y Malaysia Airlines de mentirles. Ha habido momentos de gran tensión y choques con las fuerzas del orden.
La compañía aérea ha reafirmado que el avión se estrelló en el sur del Océano Índico, tal y como había anunciado ayer el primer ministro de Malasia.
“Nuestra primera preocupación, en especial para las familias de China, es su seguridad y comodidad, y sin duda el respeto de su vida privada. Esa es la principal preocupación que está impulsando todo lo que estamos tratando de ofrecer a los familiares. En cuanto a la razón por la que hemos prolongado esta espera, es simplemente porque también compartíamos su esperanza. La impresión de que hemos querido aislarlos no es correcta”, ha declarado en rueda de prensa el director de Malaysia Airlines, Nor Yusof.
Las tareas de búsqueda se han suspendido debido al mal tiempo y deben reanudarse mañana. El avión desaparecido hace 17 días, con 239 personas a bordo, se busca a más de 2.000 kilómetros al oeste de la ciudad australiana de Perth, en una zona remota del sur del Océano Índico, donde los radares localizaron su última posición y donde se han visto posibles restos del fuselaje.
