La primera compañía energética alemana, E.on, gana la mitad menos a causa de la importante bajada de las tarifas eléctricas por la competencia de las renovables. Como ocurre con el resto de las compañías energéticas tradicionales europeas, el negocio de E.on está en crisis. Aunque el año pasado tuviera 2.240 millones de beneficios, esto representa un 46 por ciento menos que en 2012.
Por este motivo, los responsables de la empresa anuncian el cierre de una cuarta parte de sus plantas. Fundamentalmente las de gas, que son deficitarias. La subvención del Gobierno alemán a las energías renovables está penalizando las centrales con energías fósiles.
En los últimos años, E.on ya ha efectuado cesiones en sus actividades regionales de distribución de electricidad. Y, en el futuro, espera desplegarse en mercados emergentes como el turco y brasileño.