La bandera ucraniana vuelve a ondear frente a la Delegación del Gobierno de Donetsk, en el este de Ucrania. Bajo el pretexto de que había un aviso de bomba, la policía ha desalojado a los manifestantes prorrusos que ocuparon el edificio el pasado. Acto seguido, se ha arriado la bandera rusa que habían izado los partidarios del autoproclamado gobernador de Donetsk, Pável Gúbarev, que se niega a reconocer la autoridad de Kiev.
Mientras tanto, en la penísula de Crimea, soldados sin distintivos en sus uniformes y fuertemente armados siguen ganado posiciones al Ejército ucraniano. Sin hacer uso de sus armas, este miércoles han tomado el control parcial de dos bases de misiles y han bloqueado 8 destacamentos de los guardafronteras ucranianos. Kiev asegura que se trata de soldados rusos. Moscú lo niega y replica que son milicias de autodefensa ucranianas. La OSCE ha anunciado el envío de 35 observadores con la esperanza de que su presencia ayude a rebajar la tensión.
