Kiev se mantiene desafiente tras las palabras de Vladimir Putin. En la calle Imstytutska, donde numerosos manifestantes perdieron la vida en las protestas contra el depuesto Víktor Yanukóvich, los ciudadanos consideran que el presidente ruso quiere lograr por lo militar lo que no consiguió políticamente.
“Nuestro país estaba a punto de pasar a formar parte de una unión de dictadores, con Putin, Lukashenko, presidente de Bielorrusia, y Nazarbáyev, de Kazajistán. Creo que los ucranianos conseguimos algo fantástico porque logramos evitarlo y Putin está enfadado porque su plan ha fallado”, decía uno de los residentes.
También se manifestó el patriarca Filaret, máximo responsable de la Iglesia Ortodoxa de Kiev: “Todo el mundo está en contra del régimen de Putin. No actúa con justicia. Ucrania es un país independiente. Crimea pertenece a Ucrania y él ha desplegado sus tropas en territorio extranjero. Eso se llama agresión”.
El patriarca Filaret participó además en un homenaje a las víctimas con representantes de otras Iglesias.
