DEPORTIVO CALI 2X1 UNIVERSITARIO DE DEPORTES
Estadio: Pascual Guerrero
Asistencia: 3.000 personas.
Arbitro: Roger Zambrano (Ecuador)
Cali: Dudamel; Marrero, Valencia, Yépez y Bedoya; Gaviria, Zapata, Candelo y Betancourt; Bonilla y Torres. Cambios: Díaz por Betancourt (25 ST), y Patiño por Gaviria (33 ST).
Goles: Bonilla (51 PT y 30 segundos ST)
Universitario: Ibáñez, Falaschi, Guadalupe y Domínguez; Grondona, Portilla, Carranza, Ciurlizza y Gallardo, Farfán y Cantoro. Cambios: Matellini por Cantoro (7 ST), Del Solar por Grondona (26 ST) y Pajuelo por Gallardo (26 ST).
Gol:Cantoro (32 PT).
Expulsados: Farfán (11 PT), Carranza (51 PT) y Guadalupe (14 ST).
UNIVERSITARIOS MAL EDUCADOS
Con lo justo, sin hacer mayores esfuerzos, Deportivo Cali venció a Universitario de Deportes anoche como local en la Copa Conmebol.
Fue un 2-1 que pudo haber sido más amplio por la diferencia numérica. El equipo peruano se quedó con ocho jugadores por las expulsiones de Domingo Farfán, José Carranza y Luis Guadalupe.
Desde el comienzo del juego, los peruanos se dedicaron a protestar, a pelear y a pegar. Si hubieran decidido jugar al fútbol, de pronto les habría ido mejor, porque el Cali tuvo una horrible noche. Incluso comenzaron ganando. A los 32 minutos, Gustavo Grondona le metió un pelotazo a Mauro Cantoro. Mario Yépez se resbaló cuando iba a cerrar y el delantero argentino la mandó en globo por encima de Dudamel.
Cali empató tras un penalti de Guadalupe sobre Max Torres. Víctor Bonilla cobró a la derecha de Oscar Ibáñez. El portero llegó allá y detuvo el cobro, pero en el rebote, Bonilla puso el 1-1. Iban 51 minutos. Y a los 30 segundos del segundo tiempo, Bonilla puso el 2-1 tras aprovechar una mala devolución de Guadalupe.
Pudo ser 3-1, cuando Falaschi (el mismo que jugó en Millos) derribó a Torres dentro del área. Penalti. El partido estuvo suspendido 10 minutos por las protestas de los peruanos. Cuando se reanudó el juego, Ibáñez le detuvo el cobro a Betancourt.
Después no pasó mayor cosa. Cali se enredó y Universitario aguantó. El local salió chiflado, pero ganó. Y el visitante, a pesar de su nombre, resultó mal educado.
