Crimea, en un dramático compás de espera. Las nuevas autoridades en Kiev aseguran que las tropas no identificadas en la península amenazan con asaltar los cuarteles del Ejército ucraniano que no aceptan rendirse. Moscú niega que el ultimátum expire esta madrugada. De hecho, ni siquiera confirma que las unidades que han tomado el enclave sin pegar un tiro hasta ahora, sean rusas.
Según las últimas informaciones, el operativo ruso ocupó ayer la terminal portuaria del Estrecho de Kerch y estaría introduciendo vehículos y tropas por allí. El representante ucraniano en la ONU afirma que Rusia dispone ya de 16.000 hombres en Crimea.
El gran temor es que la situación en el estratégico territorio tenga un efecto bola de nieve en otras regiones prorrusas del sur y este de Ucrania. El lunes, manifestantes prorrusos asaltaron y tomaron los parlamentos regionales de Odesa, en el Mar Negro, y de Donetsk. En Donetsk, feudo del depuesto presidente Yanukóvich, un grupo de manifestantes tomó por la fuerza el edificio al término de una protesta para exigir una reforma administrativa territorial.
