MS: Yo creo que en Venezuela y en la región latinoamericana hay un antes y un después de Chávez. Desde el famoso “por ahora”, Chávez se afinca en el país como el gran comunicador y el gran estratega.
OS: Yo creo que no ha habido líder político en la historia venezolana que haya despertado tantas pasiones, que haya convertido su liderazgo casi en un liderazgo religioso. En el 2003 los estudios de Hinterlaces ya revelaban una conexión emocional muy poderosa dentro de los sectores populares. Una devoción que iba más allá de la valoración de la gestión. El Presidente Chávez logró reivindicar la relación popular, logró hacer visibles a los sectores populares, quienes comenzaron a sentirse identificados, descubiertos y protegidos. Más de un liderazgo carismático, paso a ser religioso.
JVR: Como un hombre puede trascender de esa manera, reevaluar la palabra.
MS: Se dice que hay un carácter autoritario, la gente que hace la carrera militar tiene una personalidad con rasgos jerárquicos, pero Chávez desbordó eso.
JVR: ¿Por qué?
MS: porque el tenía una conexión telúrica con la historia de Venezuela, cuando en el 92 no los dijo.
JVR: Esa pasión bolivariana definía mucho.
MS: Yo creo que los venezolanos tenemos una conexión con Bolívar importante, es algo que nos marca y que nos identifica, pero Chávez nos conectó realmente con la patria. Años antes de que Chávez surgiera habíamos perdido esa conexión y queríamos parecernos a realidades ajenas.
JVR: ¿Por qué un hombre tan polémico, congregaba tantas solidaridades o afectos?
OS: Porque el efecto discursivo del Presidente Chávez era de amor y de reconocimiento con las amplias mayorías, pero se mostraba como acusador de las élites que habían mantenido durante siglos a los sectores populares invisibilizados. Chávez cuestionó las autoridades del país en el momento que surge, Chávez en principio se convierte en un vengador, en un liberador y luego en un protector, eso generó lazos pasionales muy poderosos. De alguna manera los sectores populares entendieron que nadie más que Chávez los quería, los amaba. Chávez de alguna manera resultó ser un predicador, se convirtió en un héroe populares y un anticristo para los que lo adversaban.
MS: Yo creo que un elemento importante que tenía Chávez es la frontalidad. En Venezuela se valora la hipocresía y Chávez nos sorprendió con esa frontalidad con el adversario. Al principio nos sentíamos incómodos, a raíz de Chávez somos mucho más frontales en nuestras relaciones.
JVR: ¿Qué significaba que un hombre fuera consecuente con los principios?
OS: No solamente fue consecuente con los principios y con sus banderas, sino que también fue consecuente con sus sentimientos y emociones, los sectores populares lo percibían como aquel líder que los amaba y los protegía. De alguna manera también les entregó identidad.
MS: Ocurrió una reinterpretación de la historia. Chávez nos enseñó historia pero con una reinterpretación y resinificó el país y fue verdaderamente