Kiev ha acusado a Moscú de “declararle la guerra” y se prepara para defenderse. Además, no dudará en pedir apoyo militar a otros países si la presencia militar rusa sigue aumentando, según ha declarado el embajador ucraniano en la ONU.
Tanto las autoridades ucranianas interinas como los ciudadanos han instado a la comunidad internacional a dar “pasos reales” para ayudar a su país.
“Estamos al borde de la catástrofe. Creemos que nuestros socios occidentales y toda la comunidad mundial apoyarán la integridad territorial y la unidad de Ucrania”, ha dicho el primer ministro ucraniano interino, Arseni Yatseniuk. .
La tensión se palpa en las calles de Kiev. Nadie quiere nuevos baños de sangre.
“Obviamente, los ucranianos de a pie estamos muy preocupados por nuestros hijos e hijas. Porque son nuestros compatriotas. Pero vamos a proteger a nuestro país por todos los medios posibles. Moral y físicamente”, señalaba una vecina de Kiev.
“No queremos una guerra. Es lo único que puedo decir. No queremos una guerra. Especialmente con Rusia, con la que hemos estado viviendo y vivimos al lado. Esto es una cuestión política y la gente no debería luchar, ni morir en estos tiempos”, declaraba un habitante de Kiev.
El Parlamento ucraniano ha aprobado un texto en el que exige a Moscú que respete los acuerdos bilaterales sobre la presencia de sus tropas en el Mar Negro y en el que le pide que repliegue sus fuerzas a los lugares que les están reservados.