Las fuerzas de seguridad chinas están en alerta máxima tras un brutal ataque en una estación de tren en el sur del país. Al menos 29 personas han muerto y 130 han resultado heridas.
Ocurrió en la estación de tren de Kunming, capital de la provincia meridional de Yunnan, pasadas las nueve de la noche.
Una decena de terroristas, armados con cuchillos y machetes, vestidos de negro y con la cara tapada, atacaron a la multitud, causando un baño de sangre.
La policía mató a tiros a al menos cuatro de los asaltantes y busca al resto.
El Gobierno local cree que se trata de fuerzas separatistas uigures de la provincia noroccidental de Xinjiang, etnia minoritaria de confesión musulmana. Las mismas que perpetraron un atentado en la plaza de Tiananmén, el pasado octubre, en el que murieron cinco personas. Aunque algunas organizaciones uigures en el exilio han negado cualquier implicación de estos grupos en el ataque.