La indignación inflama Estambul. Miles de personas se han manifestado en las calles de la ciudad para exigir la dimisión del primer ministro turco tras la difusión, hace unos días, de una grabación que recoge supuestas conversaciones telefónicas en las que Erdogan pide a uno de sus hijos de que deshaga de ingentes cantidades de dinero que tiene guardadas.
– “El dinero que estaba en las casas de los líderes del partido gobernante pertenece al pueblo de este país. Estamos aquí para protestar contra ellos. No queremos que este Gobierno siga al frente de Turquía”, sentenciaba una mujer.
– “Es dinero robado a la República de Turquía. Esta multitud es solo una pequeña gota de agua. Esta pequeña gota crecerá día tras días y se convertirá en un río. Erdogan tiene que irse de este país”, añadía otro manifestante.
Las supuestas llamadas de Erdogan se produjeron mientras la policía desarrollaba una gran operación anticorrupción en la que fueron detenidos dos hijos de ministros con grandes sumas de dinero. El jefe del Gobierno turco afirma que se trata de un montaje despreciable para perjudicar a su partido en las elecciones municipales del mes que viene. Los titulares de la prensa turca reflejan la división de la sociedad ante las continuas filtraciones de supuestas corruptelas del ejecutivo: hay quien cree a pies juntillas que se trata de un complot y hay quien afirma tajantemente que “un ladrón no puede ser primer ministro”.