La liberación de Yulia Timoshenko y la destitución deVíktor Yanukóvich como presidente han supuesto una vitoria para la oposición. No obstante, los manifestantes de la Plaza de la Independencia de Kiev no han bajado ni un ápice la guardia.
Algunos temen que el depuesto Yanukóvich, cuyo paradero no se conoce con exactitud, pueda contraatacar. Así lo expresaba una de las manifestantes: “No deberíamos desmontar las barricadas hasta que hayamos reemplazado a todas las autoridades. No deberíamos quitarlas bajo ninguna circunstancia. La bestia — decía sobre Yanukóvich — está herida y no sabemos lo que una bestia herida puede hacer”. Otra reflexionaba sobre los últimos acontecimientos:“Viniendo aquí puedes sentir el miedo. Es muy triste que las autoridades a las que votamos y aplaudimos hayan permitido este derramamiento de sangre”.
Al igual que Yanukóvich, otros miembros del gobierno y altos funcionarios están en paradero desconocido.
Mientras, los manifestantes siguen con sus tareas y homenajean a los fallecidos, a la espera de ver qué pasos se dan tras la agitada jornada de ayer.