El más importante tuvo lugar en una estación de autobuses del barrio chií de Ur en la capital iraquí. Un minubús cargado de explosivos fue detonado dejando once muertos y decenas de heridos.
Otras nueve personas fallecieron en dos ataques con coches bombas contra mezquitas igualmente chiíes en los barrios de Amil y Karrada.
Además, otro vehículo hizo explosión en el barrio de Ghazaliya, matando a otros cuatro civiles
Ningún grupo a reivindicado la autoría de los atentados, aunque se sospecha de alguna formación ligado a los insurgentes suníes, quienes durante los últimos meses han intentado reconquistar el terreno perdido en Iraq y se han hecho con el control de varios pueblos.