El Parlamento de ese país despenalizó el jueves la eutanasia en menores con enfermedades terminales. Se convierte así en el primer país del mundo que autoriza la muerte asistida de niños de cualquier edad, en casos muy concretos.
Nuestro corresponsal en Bruselas explica que “la nueva ley dice que el menor debe tener la capacidad de discernimiento y ser consciente en el momento de la petición. También debe estar en una situación médica sin esperanza y su muerte debe ser inevitable a corto plazo. El asesoramiento de médicos y psiquiatras también es obligatorio, así como la autorización de los padres”.
“Lo que acaba de ocurrir permite ir adelante con el enfoque humanitario de estos jóvenes pacientes para los que no hay nada más que hacer”, dice Philippe Mahoux, el senador socialista impulsor del proyecto de ley y autor de la ley que autorizó la eutanasia para adultos en 2002.
Los detractores de la ley, con 86 votos a favor, 44 en conta y 12 abstenciones, consideran que no da respuestas a situaciones reales, como explica la parlamentaria democristiana Catherine Fonck.
“En el caso de los más pequeños no existe, evidentemente, la capacidad de discernimiento del menor. En lo referente a los adolescentes, los psiquiatras especializados en esa franja de edad, nos dicen que es extremadamente difícil porque los niños y los adolescentes a esas edades no siempre son conscientes de que la muerte significa que no hay retorno”, dice Fock.
Según las estadísticas oficiales, unos 1.500 adultos recurren a la eutanasia cada año en Bélgica. Además de en ese país, en Europa la eutanasia es legal en Holanda y Luxemburgo.