Seis horas con el juez Castro y una sonrisa en los labios. La infanta Cristina de Borbón, el primer miembro de la familia real española que declara ante la Justicia tras ser imputada por blanqueo de capitales y fraude fiscal, se ha desvinculado por completo de la gestión del Instituto Noos y de la empresa Aizóon, que compartía con su esposo Iñaki Urdangarin.
Al concluir el interrogatorio, Mikel Roca, abogado de la infanta declaraba ante la prensa: “No tiene privilegios ni inmunidad, ha contestado a las preguntas, ha estado aquí, ha pasado cinco cinco horas por la mañana y más de dos horas por la tarde y ha respondido a todos con su verdad”.
Con la ley en la mano, los delitos imputados a Doña Cristina, que ha declarado ante el juez que confiaba en su esposo, pueden ser castigados con penas de hasta 11 años de cárcel. El caso se suma a otros escándalos que, en plena crisis económica, han erosionado la popularidad de familia real española en los últimos años.
