En Irlanda, las fuertes lluvias que han caído en las últimas 48 horas están a punto de desbordar los principales ríos del país y han obligado a las autoridades a activar la alerta naranja en el sur, sureste y oeste de la isla.
Los vientos podrían alcanzar los 130 kilómetros por hora y a mediados de la próxima semana la situación podría empeorar. Los servicios de emergencias están preparándose para el temporal colocando sacos de arena en las zonas más delicadas.
En Inglaterra, la situación sigue siendo crítica. La zona más afectada, el condado de Somerset, sigue en alerta. Los habitantes de la región denuncian que el Gobierno no ha sido lo suficientemente previsor y que esa dejadez ha provocado la evacuación forzada de muchos residentes.
Las bombas trabajan sin descanso para drenar el agua que inunda las calles y los campos.
En la Bretaña francesa, cuatro departamentos siguen en alerta roja. El fuerte oleaje sigue amenazando el litoral y varias carreteras han sido cortadas debido al riesgo a inundaciones, que para algunas localidades serán las mayores de los últimos años.