Ha sobrevivido a una odisea en el mar. Ha pasado más de un año a la deriva en el Pacífico, hasta ser rescatado en un remoto atolón de las islas Marshall. Se llama José Alvarenga, es salvadoreño y tiene 37 años.
Este pescador, residente en Costa Azul, México, zarpó a finales de 2012 de esa localidad, con un compañero, para pescar tiburones.
Una tormenta alejó de la costa su embarcación, de siete metros de eslora, que quedó a la deriva.
Más de un año después, José ha podido por fin hablar con su familia, que nunca perdió la esperanza.
“Mi mamá siempre decía: ‘Hija, él no está muerto’. Yo le decía: ‘Mami, pero no se haga ilusiones’. Y me decía: ‘No, pero yo presiento que él está vivo’. Entonces, ahora, puedo ver que una madre nunca se equivoca”, ha explicado Yanira Bonilla, hermana de José.
“Completamente impactante. Sin palabras. Contento. Agradecido con Dios, con las personas que rescataron a mi hermano. Infinitamente agradecido con ellos. No tengo palabras ni gestos con los que agradecerles todo lo que están haciendo por él”, ha dicho Carlos Alvarenga, hermano de José.
José sobrevivió bebiendo sangre de tortuga, cuando le faltaba el agua de lluvia, y comiendo dichos animales, así como aves y peces. Su compañero murió porque no fue capaz de comer pájaros crudos.
