La corrupción cuesta cada año 120.000 millones de euros a la economía comunitaria y supone un obstáculo para casi la mitad de las compañías que hacen negocios en la Unión Europea. Así lo indica un informe publicado por el ejecutivo comunitario, que alerta de que el problema afecta a los Veintiocho. Reconoce los esfuerzos realizados en los últimos años por los países miembros, pero los considera insuficientes.
“El 76 por ciento de los europeos piensa que la corrupción es generalizada en su país y más de la mitad cree que el nivel de corrupción ha aumentado en los últimos tres años. Uno de cada doce europeos ha experimentado o sido testigo de casos de corrupción en el último año y cuatro de cada diez compañías europeas consideran que la corrupción es un obstáculo para hacer negocios en la UE”, decía la comisaria de Interior, Cecilia Malmström.
Otra encuesta de Eurobarómetro señala que sólo los ciudadanos de los países nórdicos consideran la corrupción como algo raro. En el otro extremo, la percepción de la corrupción más elevada la tienen griegos, italianos, seguidos de españoles, lituanos y checos.