Francia juzga por primera vez a un ruandés acusado de crímenes contra la humanidad y complicidad en el genocidio del que este año se cumplirán veinte años.
Hoy empieza en París el proceso contra el ex capitán de la policía secreta Pascal Simbikangwa. Fue detenido en la isla francesa de Mayote en 2008 y se enfrenta a la cadena perpetua.
Por el tribunal parisino deben desfilar una treintena de testigos ruandeses.
“Es un momento histórico. Es un momento importante para las víctimas que han estado esperando este juicio durante 20 años. Para ellas, para sus familias, pero también para los franceses que fueron sin duda mal informados en el momento de los hechos (el genocidio )”, dice Dafroza Gauthier, de un colectivo de víctimas.
Este juicio lo esperaban ansiosas las asociaciones de derechos humanos, que desde hace años denuncian la lentitud de la justicia francesa. Francia ha sido percibida durante mucho tiempo como una tierra de asilo para los criminales de guerra ruandeses.
“El mensaje de este juicio es también que Francia ya no será un refugio seguro para los sospechosos del genocidio de Ruanda, esperemos, después de todos estos años”, señala Clemencia Bectarte, abogada de la Federación Internacional de los Derechos Humanos.
Entre abril y julio de 1994, en 100 días, 800.000 tutsis y hutus moderados fueron masacrados en Ruanda por las milicias del régimen hutu.
