Un comando de seis asaltantes ha llegado al edificio, en el noreste de Bagdad y ha abierto fuego contra él, llegando a tomar rehenes. Todos los atacantes han muerto en la acción: cuatro al detonar la carga explosiva que llevaban encima, otro abatido por la policía y un sexto de las heridas sufridas. Todavía no ha habido reivindicación del atentado, pero podría tratarse de una acción de alguno de los grupos suníes que atacan habitualmente objetivos del Gobierno del chií Nuri Al Maliki.
La mayor parte de los civiles fallecidos son funcionarios del ministerio. La policía ha vuelto a tomar el control del edificio y ha elevado su nivel de alerta.