Por culpa de su polémico anuncio para una empresa israelí, Scarlett Johansson ha tenido que renunciar a ser embajadora de Oxfam. El problema es que la actriz anuncia una máquina fabricada por SodaStream, una empresa israelí radicada en un asentamiento en Cisjordania, lo que ha desatado una gran polémica y provocado la reacción airada de un grupo propalestino.