Con Timothy Leary los psicodélicos como el LSD dejaron de ser una curiosidad propia de círculos intelectuales, o una herramienta terapéutica, para adentrarse en el centro de la cultura occidental del siglo XX, y más en concreto, en la revolución contracultural de la década de los 60. Estadounidense y psicólogo de formación, Leary era profesor de la Universidad de Harward cuando cayó en sus manos el artículo que R.G. Wasson publicó en la revista Life, acerca de su experiencia con los hongos mágicos en México. Considerando que su camino de investigación en el campo de la psicología se encontraba estancado, Leary decidió emprender por su cuenta un viaje a México en busca de la experiencia con los hongos; y dio con ella. Allí, mientras los efectos de los hongos se desplegaban, Leary comprendió lo que a la cultura occidental le faltaba, y de paso, también comprendió lo que a la cultura académica le sobraba: especulación, abstracción y falta de participación en el proceso de la vida.