Justin Bieber no acaba de sentar la cabeza. El cantante canadiense ha sido arrestado por una agresión al chófer de su limusina. El conductor recogió a un grupo de seis personas el pasado día 30 de diciembre y tras recibir los golpes de uno de los pasajeros bajó del vehículo y llamó a la policía.
La llegada de Bieber a la comisaria de Toronto la pasada noche ha producido un verdadero caos. Según su abogado es inocente y se trata de un delito menor.
La última no es la única escaramuza con las autoridades del ídolo de adolescentes. La pasada semana era arrestado en Miami. Esta vez le acusaron de conducir bajo los efectos del alcohol y las drogas, llevar un permiso no válido y resistirse a las autoridades. El próximo catorce de febrero está citado para responder por estos cargos.