Sin excesiva beligerancia y esperando acontecimientos. Así ha sido la réplica al presidente estadounidense desde el bando republicano. Con el control de la Cámara de Representantes, sus rivales políticos vigilarán de cerca los decretos anunciados por Barack Obama.
“Las políticas del presidente están haciendo la vida de las personas más dura. Hemos hablado con mucha gente que ha recibido cancelaciones de sus consultas o que no han podido seguir viendo a los médicos con los que estaban. No, no deberíamos dar marcha atrás, pero está ley no está funcionando”, explicaba Cathy McMorris, número cuatro de los republicanos.
La reforma sanitaria de Barack Obama fue una de las medidas estrellas de su programa, pero no ha conseguido la popularidad esperada entre los votantes. El ala más dura republicana, el Tea Party, ha respondido al inquilino de la Casa Blanca y a su intención de reducir la brecha entre ricos y pobre en Estados Unidos.
“¿De dónde viene esta nueva desigualdad?”, se preguntaba el senador por Utah Mike Lee. “Del Gobierno. Cada vez retira más derechos y oportunidades a los estadounidenses y se los da a políticos, burócratas, y otros grupos de interés”
Los republicanos son conscientes de que en las legislativas del próximo mes de noviembre podrían hacerse con el control del Senado y dejar a los demócratas en minoría de las dos Cámaras del Congreso.