Son los hombres de negro en una de sus visitas a Atenas. Ahora troika se examina ante el Parlamento Europeo y el martes le ha tocado al BCE dar cuenta de su labor durante la crisis. Su expresidente Jean-Claude Trichet dice que hubo que tomar decisiones de gran calado sobre la marcha. Ha negado que negociara la modificación constitucional impuesta a España en el verano de 2012 y ha dicho que la famosa carta que le envió al entonces presidente del gobierno Rodríguez Zapatero, resultó eficaz para evitar el rescate completo de España.
“Si no hubiéramos tomado esas medidas, no estaríamos hablando tan tranquilos hoy de las dificultades para enderezar la zona euro: estaríamos en una situación totalmente diferente”, ha comentado Trichet en su comparecencia de este martes en Estrasburgo.
El lunes el Parlamento recibió al comisario Olli Rehn. Uno de los pilares fundamentales de la troika, el FMI, que admitió errores de evaluación en un informe, no participa en este ejercicio. Varios eurodiputados han criticado la falta de transparencia en los recortes impuestos a los países del euro, como la portuguesa Elisa Ferreira: “Queremos saber por qué, en los casos griego y portugués, en un momento de crisis tan profunda, Europa insistió en forzar privatizaciones, cuando los países estaban en tan malas condiciones para negociar”.
Algunos eurodiputados quieren que Bruselas tome el control sobre la troika, por encima del FMI y del Banco Central Europeo, que no son instituciones de carácter político. Así Bruselas asumiría la responsabilidad de las decisiones decisiones de la troika, con consecuencias políticas.
“Si, en el ejercicio de su misión, tiene necisidad de asistencia técnica del BCE, del FMI o de cualquier otro, podría siempre acudir a ellos con una consulta”, explica el belga Philippe Lamberts. “Pero la Comisión es la única que debe hacerse cargo de la responsabilidad política de las decisiones que se toman dentro de los planes de rescate”.
Trichet ha defendido que los estados puedan contar con el Parlamento Europeo, para pedirle ayuda, al negociar las reformas exigidas desde Bruselas, como parte del nuevo gobierno económico de la UE.