(Vídeo) Mensaje Anual del Presidente Nicolás Maduro en la Asamblea Nacional 15.01.2014 (5/19)

2014-01-29 19

¿Cómo no darle la razón una vez más al Comandante Hugo Chávez? Somos el pueblo de las dificultades ¡Y vaya que nuestro pueblo lo demostró en el 2013! Luego de la partida del Presidente Chávez, como manda la Constitución, se convocó a elecciones democráticas para elegir a un nuevo Presidente, las cuales se realizaron el 14 de abril del año 2013, con récord de participación y con una victoria heroica de la Revolución Bolivariana en paz. (Aplausos). A la victoria heroica del 14 de abril le siguió la victoria, no menos heroica, del 8 de diciembre del 2013.
Hay que destacar que en los meses que transcurrieron entre las dos grandes batallas electorales de este año, el pueblo se creció sobre sí mismo, recuperó plenamente su poderosa energía y refutó contundentemente a quienes sostenían que la Revolución Bolivariana no sobreviviría a la desaparición física de Chávez.
Son los mismos y las mismas que no terminan de entender una gran verdad que enunciara el propio Comandante: Venezuela cambió para siempre. Aunque el pasado puntofijista se disfrace a su conveniencia, disfrácese como se disfrace, nunca más volveremos a ser una colonia petrolera yanqui, nunca más estaremos de rodillas, es y seguirá siendo imperturbable -citando palabras de Bolívar-nuestra resolución de Independencia o nada.
Recordemos estas palabras del Comandante Supremo pronunciadas el 19 de agosto del año 2000 -creo que lo dijo ese mismo año, en este mismo lugar-: “Cómo enfrentarnos de aquí en adelante, a partir de hoy, para los próximos 30 años y más, al síndrome de 1830 que anda revoloteándonos como las aves negras de los malos presagios -preguntaba Hugo Chávez-Yo me atrevería a adelantar que para enfrentar con éxito el peligro, el síndrome o la maldición, entre otras cosas, tenemos que armarnos de una visión jánica, del Dios mitológico Jano, quien tenía dos caras, una que miraba al pasado y otra al futuro, nunca perdía de vista al pasado y al futuro, pisando el presente, sin perder la certeza de lo estaba ocurriendo en el presente”.
Armémonos cada día de esta visión jánica, como nos lo pedía nuestro Comandante, miremos hacia el pasado y al mismo tiempo hacia el futuro, pero con los pies puestos en la tierra, en el presente, para que el síndrome de la traición de 1830 no se repita nunca más.

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