Estados Unidos funciona al ralentí por la ola de frío polar. El centro, norte y este del país están batiendo récords históricos de bajas temperaturas, obligando a numerosos estados a tomar medidas excepcionales.
Hasta 53 grados bajo cero, vientos polares, copiosas nevadas, hielo… Las autoridades instan a los afectados a quedarse en casa.
“No quiero estar fuera, para nada. En cuanto sales a caminar te duele la piel”, dice un habitante de Chicago.
“Es brutal. Hace un frío increíble, más que nunca. Es absurdo”, señala otro vecino de Chicago.
Miles de estadounidenses están viviendo una odisea en los aeropuertos para volver a casa tras las vacaciones navideñas.
Unos 500 pasajeros de dos trenes pasaron una noche de pesadilla al quedar bloqueados cerca de Illinois.
El vórtice polar, que ya dura más de una semana, se va desplazando hacia el sureste y no se espera que amaine hasta el jueves.
Más de 26 estados están afectados. Seis están en alerta. Unos 140 millones de estadounidenses sufren en su propia piel estas temperaturas extremas que ya se han cobrado al menos una docena de vidas. Varias personas han muerto de ataques al corazón mientras limpiaban la nieve delante de sus casas.
