Los tratados de libre comercio firmados por Colombia y la prolongada permanencia de las bandas paramilitares en Catatumbo hicieron de esta parte de la nación colombiana, ubicada al norte de Santander, un rincón de sufrimientos para la mayoría de sus habitantes y un paraíso para el saqueo a discreción de recursos naturales por parte de las transnacionales. Hoy sus habitantes exigen que el gobierno deje de criminalizar sus protestas por dicho estado de cosas, y -de cara a la edificación democrática- la sustitución de cultivos ilícitos. teleSUR