Alcanzar un alto el fuego en Sudán del Sur. Con ese objetivo se reunirán en Etiopía representantes del Gobierno y de los rebeldes. Las dos delagaciones ya están en Adís Abeba para intentar poner fin a la ola de violencia que sacude el joven país africano desde hace dos semanas. Los enfrentamientos han dejado más de un millar de muertos, según Naciones Unidas.
“Hemos visto terribles actos de violencia en las últimas dos semanas, ha habido asesinatos y brutalidad, atrocidades y graves violaciones de los derechos humanos”, ha relatado la representante especial de la ONU en Sudán del Sur, Hilde Johnson. “El país está en una encrucijada, pero aún puede ser salvado de escaladas de violencia mayores. Les corresponde hacerlo a los dirigentes de ese país y a las dos partes enfrentadas”.
Los combates están alimentados por la rivalidad entre el presidente Salva Kiir y Riek Mashar, el que fuera vicepresidente hasta su destitución en julio pasado. Ambos son de diferente etnia.
El conflicto ha obligado a cerca de 200.000 personas a abandonar sus hogares. La ONU da protección a más de 16.000 civiles en diferentes campamentos en Yuba, Bor, Malakal y Bentiu.