Muchos esquiadores en la estación alpina de Méribel, escenario del accidente por el que Michael Schumacher se debate entre la vida y la muerte.
Según su protavoz, el expiloto alemán se cayó al intentar ayudar a un amigo mientras esquiaban fuera de pista.
“Es una llamada de atención porque he visto el lugar donde ocurrió el accidente. Es realmente estúpido porque podíamos haber sido yo, usted, cualquiera. Te hace estar más vigilante, precavido. Hay mucha gente…Es una pena”.
El debate sobre si las medidas de seguridad son suficientes está servido.
“Las pistas están marcadas y aseguradas, diría que el riesgo está minimizado”, asegura el responsable de seguridad de Méribel.
“Fuera de las pistas, efectivamente, se deben tomar todas las precauciones suplementarias posibles. Y, sobre todo, saber de un día para otro las condiciones pueden cambiar. El día del accidente cayeron algunos centímetros de nieve que pudieron haber escondido una obstáculos que el día anterior eran visibles y nada peligrosos”.
La noticia de que llevar puesto el casco salvó la vida de Schumacher ha multiplicado su demanda en las tiendas de la zona.
El esquí fuera de pista tiene cada vez más seguidores. Conocer el pronóstico meterorológico y el estado de la nieve resulta fundamental. Según los expertos, un entorno agreste no controlado está lleno de matices que lleva años distinguir.
La mayor parte de los esquiadores conocen los peligros y hacen todo lo posible para evitarlos. Pero lo que desean, sobre todo, es disfrutar de estas maravillosas pistas.