La llegada de 2014 ha pintado de luz y de color el cielo de la Bahía de Sydney. Más de un millón y medio de personas han presenciado el tradicional espectáculo pirotécnico con el que esta hermosa ciudad australiana da la bienvenida al Año Nuevo. Por primera vez en más de una década, parte de los fuegos artificiales han sido disparados desde el techo de la Casa de la Ópera, uno de los monumentos más emblemáticos del país.
El espectáculo ha durado doce rutilantes minutos en los que se han podido escuchar grandes éxitos de la música australiana y mundial.
Antes, los caledonios y los neozelandeses han dado las primeras campanadas del planeta y después de las antípodas el Año Nuevo ha llegado a Japón y al extremo oriente ruso.