El acuerdo bilateral entre los gobiernos de Colombia y Estados Unidos —conocido como Plan para la Paz, la Prosperidad y el Fortalecimiento del Estado, Plan Colombia para la paz o Plan Colombia—, cuyo fin era detener el flujo de drogas ilegales al mercado estadounidense permitió entre otras acciones, que la CIA ayudara a las fuerzas armadas nacionales a localizar a los líderes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia Ejército del Pueblo (FARC EP) y asesinarlos. Para ello fue creada una célula de inteligencia en la embajada norteamericana en suelo colombiano, luego se ubicaban los puntos de concentración de las FARC para, posteriormente informar al Estado, el cual empleaba bombas inteligentes guiadas por satélite. Finalmente tropas oficiales recogían los cuerpos o a sobrevivientes. Así fueron victimiados el Comandante Tomás Medina, alias Negro Acasio 2007 y un año después Raúl Reyes en Ecuador. teleSUR
