“¿Cuándo volveremos a tener electricidad de nuevo, mamá?” Es la pregunta que cada vez más niños hacen en Grecia. Y la respuesta más abundante es un “no lo sé”.
Durante los últimos dos años la familia Kouzilos ha vivido sin electricidad. Y no son los únicos. El Gobierno quiere reconectar a 10.000 familias en su misma situación, sin corriente por impago, pero la burocracia está dilatando el proceso.
“La situación es muy dura para mi mujer y para mi, para mis hijos. Tratamos de hacer nuestras tareas diarias como ayudar a nuestros hijos con los deberes cuando es de día”, dice Yorgos Kouzilos. Su mujer, Evgenia, explica como las tareas más cotidianas, como conservar los alimentos, se convierten en una dificultad diaria: “Es difícil cocinar con camping gas. Preservamos los productos que necesitamos poner en la nevera en el balcón ahora en invierno, cuando las temperaturas son más bajas.”
La única alternativa a quedarse sin luz a falta de ingresos es conectarse a la red ilegalmente. En el barrio de Keratsini, en Atenas, Pantelis, de 55 años, no ha tenido más opción que recurrir al grupo de activistas que desde 2011 reconectan a los sin recursos a la red de electricidad. Para estos activistas acceder a recursos como la electricidad o el agua es un derecho básico de los ciudadanos.
“Querría darle las gracias a los activistas porque han restituido la electricidad en mi casa, ahora puedo criar a mis hijos. Pueden lavarse y hacer sus deberes”, explica Pantelis.
Según Eurostat Chipre y Grecia son los países donde la factura eléctrica ha aumentado más entre 2011 y 2012. Los griegos pagan un 15% por ciento más.
Al menos un tercio de las familias en el país acumula impagos en las facturas, una de las tasas más altas de la Unión Europea.
“Según la compañía pública de electricidad”, dice el periodista de Euronews Michalis Arampatzoglou, “hasta 350.000 conexiones han sido cortadas de la red en 2013. Al menos el 40% de ellas no han sido restablecidas… al menos oficialmente.”