Como celebración del vigésimo aniversario de su Constitución, Rusia ha promulgado una amnistía que liberará a 25.000 presos, la mayor parte condenados e imputados por “desórdenes públicos”.
El grueso de los beneficiados serán los detenidos en el llamado “Caso Bolótnaya”, los que participaron en las manifestaciones anti Putin en mayo de 2012.
Podrían quedar en libertad, en un periodo de seis meses según las autoridades rusas, las dos miembros de las Pussy Riot que quedan en prisión. Nadezna Tolokónnikova y María Aliójina cumplirán durante los trámites necesarios el resto de su pena.
Los 30 activistas de Greenpeace detenidos en el Ártico, de múltiples nacionalidades y que permanecen en libertad bajo fianza, también podrán acceder a esta amnistía, por lo que no tendrán que enfrentarse a un juicio. Han pasado dos meses en encarcelamiento preventivo.
Serguéi Udaltsov, en arresto domiciliario por el Caso Bolótnaya, no podrá acogerse a la amnistía pero sí Anatoli Serdyukov, exministro de Putin y acusado recientemente de negligencia por la fiscalía rusa.
