El artista sirio Tamman Azzam protesta por la devastación y el sufrimiento en Siria.
La Danza de Matisse, el Beso de Gustav Klimt o Los fusilamientos del 2 de mayo de Goya son algunas de las imágenes que utiliza en su obra.
El beso de Gustav Klimt, símbolo de reconciliación, es quizá su collage más emblemático sobre Damasco.
“Se trata de la línea entre tragedia y comedia para crear arte. Y quizá plantea la esperanza de que la gente pueda luchar contra la guerra con pinturas que plasman el amor. Utilicé “El beso” de Gustav Klimt porque es muy famoso y funciona como un truco artístico para llamar la atención.”
A pesar de la espiral de violencia o el agujero negro de la guerra, Tammam Azzam eleva las ruinas, como aquella casa que volaba y viajaba con globos de colores.
“Creo que el arte no tiene sentido ahora para la gente en Siria, porque la muerte llega a cada momento. Pero, como artista, pues no soy soldado, es mi única forma de luchar.”
Nacido en Damasco en 1980, Tamman Azzam vive y trabaja en Dubai.
Su obra se expone en la Galería Ayyam de Londres hasta el próximo 30 de enero.
Para más información:
www.ayyamgallery.com
