Mandela y el hombre que le liberó en la sombra, la foto que nunca se hizo

2013-12-14 2

Ahora que los recuerdos y el debate en torno a la herencia de Nelson Mandela están de plena actualidad, tenemos con nosotros en duplex a Jean Yves Ollivier.

“Señor Jacques” era su nombre en clave según cuenta el documental que salió hace algunos días en Francia. “Complot para la Paz” cuenta la historia que condujo a la liberación de Nelson Mandela, a la paz en África austral y al final del apartheid. Usted es el protagonista principal.

euronews. Sophie Desjardin:
Ese 13 de febrero de 1990, cuando Mandela es liberado tras 27 años de cautividad y aparece ante la multitud en el estadio gigante de Soccer city, usted dice: «Mandela no sabe nada de mí, nada de mi historia secreta que se mezcla con la suya”. Usted estaba ahí, era un personaje anónimo entre la multitud, ¿qué sintió?

Jean Yves Ollivier:
Fue extraordinario. Era la primera vez que lo veía. Un hombre por el que había peleado durante un montón de años sin escatimar esfuerzos de ningún tipo y de pronto, lo tenía ahí delante. La sensación de que él no me conocía aumentaba mi emoción.

euronews:
A Nelson Mandela no lo conoció personalmente hasta mucho más tarde, cuando se enteró de su existencia y de su papel en la suya. ¿Le impresionó aquel encuentro?

Jean Yves Ollivier:
Lo que era milagroso para mí era estar ahí, sentado a su lado, hablar con él. Estaba todavía en su periodo camisa corbata, no había empezado aún a ponerse sus famosas camisas de colores Madiba.

Me recibió con una gran sencillez, con esa sencillez que prevalecía siempre, y hablamos de su pasado, sobre lo que yo hice, cómo percibí las cosas, por qué decidí hacerlo.
Después, en un momento dado me dí cuenta de que se me había olvidado la cámara de fotos. Y eso me desconcentró un poco, porque estaba como omnubilado por ese olvido de la cámara. Y como hacía siempre que tenía visitas, me propuso que nos hiciéramos una foto juntos. No quería decirle que me había olvidado de la cámara, y por aquel entonces no había teléfonos móviles con los que salir del paso rápidamente. Asi que me ví diciéndole: “Mire, señor Mandela, muchas gracias pero prefiero recordar su imagen en mi corazón”. Y eso me hizo mucho daño, porque las siguientes veces que le ví, no iba a modificar mi posición precedente, por eso no tengo ninguna foto con Mandela los dos solos. Sólo hay fotos mías con Mandela tomadas por otros.

Sophie Desjardin:
Hay que recordar que en los años 60 y durante mucho tiempo después, después incluso de que le fuera reconocido su estatura de héroe y de hombre de paz, algunos seguían considerando a Mandela como un terrorista. En su opinión ¿Cómo pudo cambiar el rostro y el destino de Sudáfrica partiendo de ese estatuto?

Jean Yves Ollivier:
Mire, ese estatuto se lo concedió gente muy importante, Thatcher decía que era un terrorista, al igual que el presidente Reagan. Pero le consideraban terrorista porque pertenecía a un grupo marxista leninista que se oponía al clan de derechas anglosajón.

Y tres años antes de su liberación, los sudafricanos comenzaron a negociar con él y le anunciaron que estaban dispuestos a liberarle si renunciaba a la violencia. Pero Mandela permaneció firme en sus principios y se negó a renunciar a la violencia.

Pero para él, esa percepción de la violencia era de hecho un arma de negociación, sabía que si renunciaba a la violencia de antemano, no podría esgrimir esa amenaza en las negociaciones posteriores.

Su posición sobre la violencia se esclareció tras su comparecencia en el estadio de Soweto, cuando anunció su visión de una nueva Sudáfrica sin violencia.

euronews:
¿Qué legado particular deja Mandela en Sudáfrica pero también en el continente africano según usted, que se ha codeado con tantos dirigentes africanos?

Jean Yves Ollivier:
Estoy muy contento de que me haga esta pregunta, porque tendemos a limitar la acción de Mandela, su voz, su misión, y su proyección a Sudáfrica. Pero Mandela emprendió la reconquista ideológica de los gobiernos y la gobernanza en África en general. Por ejemplo, se comprometió a imponer o a tratar de imponer la democracia a los países africanos, se comprometió personalmente. Hizo las veces de mediador entre el presidente Mobutu de Zaire y su sucesor, Laurent Desiré Kabila. Intervino en Burundi, escribió al presidente Lissouba que no quería convocar elecciones en el Congo Brazzaville pidiéndole que celebrase los comicios…por tanto defendió esta democracia que consideraba necesaria necesaria para el resto de África y que reforzó su posición interna.