Los inversores castigan a Peugeot-Citröen, tras la retirada de General Motors de su accionariado. Tampoco se muestran entusiasmados por las negociaciones que el fabricante de automóviles francés mantiene con el chino Dongfeng y la posible entrada en el capital asimismo del Estado. Durante esta semana, Peugeot ha perdido en la bolsa de París el veintidós por ciento y alrededor de mil millones de euros.
La ampliación de capital que se especula con esta entrada de Dongfeng y el Estado francés es de 3.500 millones de euros.
“El dinero de Dongfeng y del Estado francés se puede considerar como la última oportunidad para la compañía”, asegura el analista George Hay. “Pero, dados los grandes problemas en el mercado automovilístico europeo, puede que ni sea suficiente”.
El estadounidense General Motors anunció el jueves la venta de su siete por ciento en la firma francesa, con la que solo mantendrá una colaboración industrial. Su sustitución por el chino Dongfeng le propocionaría a Peugeot la posibilidad de expandirse en el mercado del sudeste asiático y no depender tanto de sus ventas europeas en retroceso. En todo caso, en esta operación el Gobierno se aseguraría un veinte por ciento del capital para garantizar que la empresa sigue en manos francesas.