Bruselas ha levantado el veto al uso de tablets y otros dispositivos electrónicos en el despegue y el aterrizaje de un vuelo. Algunas aerolíneas ya ofrecían esa posibilidad. Debido a su tamaño, los ordenadores portátiles seguirán sometidos a las actuales restricciones.
El pasajero deberá conectar su dipositivo en modo avión y tendrá que apagarlo si el piloto lo pide por motivos de seguridad.
Bruselas se suma así a las recomendaciones de la Agencia Europea de Seguridad Aérea. En febrero desaparecerán también algunas de las restricciones sobre líquidos.