La deflación en Grecia se acelera. Los precios al consumo de este país bajaron en noviembre a ritmo anual un 2,9 para situarse en niveles no vistos desde los años sesenta. A pesar de que se considera que esta deflación ayuda a soportar mejor a la población la prolongada recesión, este casi tres por ciento negativo sorprendió incluso a los analistas y hacer temer por los compromisos adquiridos por el Gobierno.
Una deflación tan aguda puede hacer imposible que se reduzca la deuda por menores ingresos fiscales. Una delegación de la troika internacional vuelve este martes a Atenas para tratar de desencallar los desacuerdos sobre el presupuesto del año que viene.