Nelson Mandela derrotó al Apartheid. Ese es el primer logro en su biografia. El segundo es que evitó una guerra civil alimentada por el deseo de venganza. Tras su muerte ¿persistirá el equilibrio? La duda se instala en una parte de la comunidad Afrikaner, los blancos de Sudáfrica.
Sandra Batha, residente en Fietas, Johanesburgo:
“ En definitiva, deberíamos escuchar lo que Mandela nos dijo. Que nos juntemos y que no seamos racistas. Debemos seguir ese ejemplo, que todos los hagan y tratar de vivir de esa manera”
En la nación del Arco Iris, los Afrikaners son minoria racial pero todavía forman parte de la clase privilegiada en lo económico. En cambio, las alarmantes cifras de la criminalidad, el desempleo o las crecientes desigualdades, son lacras que afectan tanto a negros como a blancos.
Jan Bosman, secretario de la organización Afrikanerbond:
“ En estos momentos, hay algunas cosas que no funcionan en este país y debemos arreglarlas. Como Afrikaners estamos totalmente dispuestos a asistir y ayudar a la construcción del país y aprovechar todo su potencial. Creo que eso es lo que habría querido el señor Mandela”
“ Nunca de nuevo debe sufrir esta bella tierra la opresión de un hombre sobre otro”, dijo Mandela en uno de sus famosos discursos. Habrá que ver si el racismo no muda de piel en Sudáfrica.
