Con el buen humor de estos payasos, los niños sirios del campamento Zaatari sonríen; y por un momento se olvidan del campamento de refugiados en el que viven, en el desierto en Jordania. Gracias a la música y la risa, y por solo unos momentos, los niños olvidan que huyeron de la guerra civil en Siria.
Ellos son cinco payasos de la compañía Els Mabsutins, un circo privado español que colabora con Payasos sin Fronteras.
Moises Queralt nos cuenta su experiencia:
“Nos damos cuenta de que viven una situación muy dura lejos de sus hogares. Para nosotros es una gran satisfacción hacerles reír con este espectáculo aunque sea por un lapso de tiempo, mientras se olvidan de las cosas malas de la guerra, al menos, por un rato.”
Bromas, números de circo, caídas, tortazos y puntapiés… los payasos de Els Mabsutins han hecho disfrutar con sus juegos a unos 60 niños sirios. Rana Ziad lleva aquí un año, desde que su familia huyera de la ciudad siria de Daraa.
“Hoy lo hemos pasamos muy bien, estamos contentos. Es triste haber dejado lejos nuestras casas, pero hoy los payasos nos han hecho felices.”
Más de dos millones de sirios han huido de la guerra civil, que dura desde hace ya casi tres años, buscando refugio en países vecinos como Jordania, Líbano, Turquía e Irak.
En este campamento barrido por el viento, a sólo 16 kilómetros de la frontera con Siria viven unas 120.000 personas, un 40% son niños.