La Loya Jirga se convoca sólo en circunstancias excepcionales. La Gran Asamblea Tradicional reúne a las dos cámaras del Parlamento, a los representantes locales y a los jefes tribales de Afganistán. En total unos 2.500 delegados.
Su opinión es solo consultiva, pero permite al poder central asentar la legitimidad de sus grandes decisiones.
En esta ocasión se debate sobre el mantenimiento de las fuerzas estadounidenses en suelo afgano al término de la misión de la OTAN a finales de 2014.
Desde hace meses, Afganistán negocia laboriosamente las modalidades con Estados Unidos en el marco del tratado bilateral de seguridad.
Esta semana, Kabul ha cedido sobre el principal punto de discordia: la inmunidad de jurisdicción para los soldados estadounidenses, que en términos prácticos significa que sólo un tribunal estadounidense podrá juzgar a los soldados de ese país que cometan crímenes en suelo afgano.
El tratado define en tres palabras cuál será la naturaleza de su misión a partir de 2015: consejo, formación, apoyo.
Si se rubrica, la OTAN se dice dispuesta a asistir a las tropas estadounidenses. En total, la presencia extranjera en Afganistán podría llegar a 15 mil hombres.
El tratado ha recibido ya el apoyo de varias personalidades políticas afganas, como este candidato a las presidenciales de abril:
Mohammad Daud Sultanzoy. Candidato a las presidenciales de abril:
“Para poder valernos por nosotros mismos necesitamos alianzas y es mejor que esas alianzas estén reguladas. Esto es un intento de regular nuestros asuntos de forma que sepamos lo que podemos esperar.”
Los talibanes, en cambio, se muestran abiertamente hostiles al mantenimiento de una presencia extranjera en Afganistán. De entrada han amenazado con represalias a los delegados que den su visto bueno al tratado en la Loya Jirga a la que han calificado de “farsa absoluta”.
Ya el sábado un coche bomba acabó con la vida de seis personas en Kabul, cerca del campus de la escuela politécnica donde se reúnen los delegados.
En 2011, durante la última Loya Jirga, los talibanes lanzaron directamente misiles contra la asamblea aunque sin causar víctimas.
Ese clima de violencia juega a favor de Estados Unidos que ha asegurado que si Kabul rechaza sus condiciones, se irán de Afganistán como se fueron de Irak, en circunstancias similares en enero de 2012.