Tras un sinfín de sobresaltos, el operador de la central de Fukushima ha dado una buena noticia a Japón: un primer contenedor con 22 barras de combustible nuclear ha sido retirado con éxito de la piscina del accidentado reactor nº 4 y llevado a la psicina común, mucho más segura, donde las piezas permanecerán sumergidas al menos 10 años.