Si alguna duda había acerca de que estaba en marcha un golpe económico; que por parte de sectores políticos en el país y en el exterior se armaba una aventura para extremar la desestabilización y provocar la ruptura del orden constitucional, esa duda quedó disipada con los acontecimientos que impactan a los venezolanos en las últimas semanas. El gobierno nacional no mintió. Los hechos han corroborado sus constantes denuncias, que una oposición siempre irresponsable niega sistemáticamente.
El entramado de empresarios, comerciantes, importadores beneficiados con dólares preferencias, políticos que apuestan simultáneamente a las elecciones y al golpe de estado, así como el estímulo que a estos factores les dan organismos de inteligencia de los estados unidos comprometidos con el plan de acabar con el proceso bolivariano, cumplió su cometido. El método fue el mismo que aplicó la derecha y EE.UU. Para derrocar el gobierno constitucional de Salvador Allende e instaurar la dictadura: asfixiar económicamente el país, estrangular el aparato productivo, desatar la escasez para generar reacciones de rechazo en la población. Ese formato no solo se aplicó en chile en 1973. También lo ensayó entre nosotros en el 2002 el empresariado, las transnacionales, la oposición política y los medios de comunicación con el propósito de paralizar el país y llevar a la colectividad a la desesperación. Solo que en venezuela ese plan no alcanzó el éxito que tuvo en chile y la conspiración fue derrotada gracias a la decisión de impedirlo del pueblo y la oficialidad leal de la Fuerza Armada.
La especulación, el remarcaje de productos, el desabastecimiento, la manipulación de precios, las maniobras con el dólar, la inmoralidad de los personajes del mundo político y económico comprometidos, no tiene límite: desborda cualquier cálculo. Roban al pueblo, a los consumidores, defraudan al fisco nacional y desafían al estado de derecho. Pero además calumnian al pueblo tildándolo de saqueador y preten descalificar al gobierno con la misma acusación. Es decir, que los que saquean a la ciudadanía, aquellos que le metieron la mano en los bolsillos a la gente para arrebatarles su dinero, recurrieron a la viaje estratagema de acusar a los inocentes. Una vez más el mundo al revés de Galiano. En este caso el ladrón acusando de ladrón al inocente.
En esta tarea destinada a confundir a los venezolanos juega un papel bochornoso el medio de comunicación, el cual renuncia a su rol de informar para convertirse en punta de lanza de los delincuentes. Los titulares de esos medios quedaran confinados al basurero de la infamia. Titulares en primera página como este del diario El Universal: “rebaja de precios generó caos en los comercios”, al igual que los de el nacional y otros medios, se trata de titulares con los que se pretende invisibilizar el delito, exonerar de responsabilidad a los delincuentes al atribuir la reacción popular de defensa del salario a la rebaja de los precios y no,
