Los manifestantes antigubernamentales han vuelto ante el Parlamento búlgaro este miércoles. Piden la dimisión del Ejecutivo, acusándole de favorecer a la oligarquía económica, algo especialmente doloroso en el país más pobre de la Unión Europea.
Aunque fue el martes por la noche cuando las tensiones llegaron a desbordarse. Decenas de ellos trataron de bloquear la cámara. La policía intervino y realizó 20 detenciones. Hay al menos tres heridos. Desde el Gobierno se acusa al partido del exprimer ministro, Boiko Borisov, de alentar las protestas.
“Mira lo que pasa. Quieren destruir a los últimos jóvenes que quieren quedarse y trabajar en Bulgaria, que quieren democracia. Democracia es ley y orden”, se quejaba una manifestante.
La policía se ha empleado a fondo con el movimiento contra el gabinete socialista de Plamen Oresharski. Este, de origen fundamentalmente estudiantil, ha tomado desde hace semanas la universidad asegurando que los actuales dirigentes comenten los mismos atropellos y corruptelas de los que acusaban a Borisov, que dimitió en febrero por la movilización ciudadana.