La capital saudí estaba ayer llena de mano de obra barata que huye del país ante la nueva política migratoria del reino del Golfo. La semana pasada expiró el plazo para que los inmigrantes ilegales regularizaran su situación. Las tensiones desatadas por este cambio de reglas dejaron ayer dos muertos en protestas callejeras en el distrito de Manfouha:
“ Se acabó. Nos dicen que los etiopes somos un problema y que tenemos que irnos- se lamenta este trabajador- Después de tres años y medio aquí no tengo permiso de residencia y tengo que volver a mi país”
“ A los saudíes no les gustan los extranjeros. Quieren que nos vayamos”
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Los disturbios registrados durante el fin de semana no son una excepción. Ni tampoco las críticas a las condiciones de trabajo de los emigrantes no cualificados en ese país árabe, calificadas de semi esclavitud por la ONG Human Rights Watch. Se estima que de los 9 millones de trabajadores extranjeros, 4 han obtenido el permiso y otro millón ha salido ya del país.
