Es uno de los símbolos más importantes de la ciudad Bosnia y, como cada año, cientos de personas se concentraron a las 10:15 de la mañana para recordar el momento de su destrucción por tropas croatas. Algunos valientes saltan al río Neretva desde sus cuatro metros de altura. Fue reconstruido en 2003 y desde 2005 forma parte del Patrimonio de la Humanidad.