El meteorito Chelyabinsk, que colisionó con la Tierra el pasado mes de febrero, entró en la atmósfera terrestre a poco más de 19 kilómetros por segundo, un poco más rápido de lo que se había informado hasta ahora. Esta conclusión llega de un estudio dirigido por Olga Popova, de la Academia rusa de Ciencias, en Moscú, y por el astrónomo Peter Jenniskens, del Centro de Investigación Ames de la NASA .