“Mushárraf es libre de moverse donde quiera dentro del país”: lo ha dicho la policía pakistaní después de la resolución judicial en relación al caso abierto por una acción de las fuerzas de seguridad que él comandaba contra un grupo de integristas en 2007.
Los incidentes, con epicentro en la Mezquita Roja de Islamabad, costaron la vida a medio centenar de personas.
La fianza establecida este lunes: 2000 euros.
“El presidente Mushárraf permanecerá en este país. No va a ir a ningún sitio.Aunque espero que sea absuelto muy, muy pronto”, ha dicho su abogada después de que su cliente obtuviera la libertad en el último de los juicios que lo mantenía bajo arresto domiciliario.
Progresivamente, el exmilitar golpista ha ido consiguiendo la libertad condicional en todos los juicios que pesan sobre él, siempre enmarcados en el período de su mandato, de 1999 a 2008.
Entre los procesos judiciales abiertos: el asesinato de Benazir Bhutto, el del líder nacionalista baluchi Nawab Akbar Bugti, o la detención de decenas de jueces.
La acusación ha dicho indignada:
“Hemos presentado todas las pruebas, pero el tribunal no nos dio la razón así que vamos a apelar ante el Tribunal Supremo.”
El cerco judicial al exgeneral comenzó poco antes de las
pasadas elecciones generales, en mayo de 2012, a las que Musharraf pretendió presentarse tras cuatro años de autoexilio en Gran Bretaña.