Muchas bolsas de plástico acaban ensuciando la tierra o el mar, provocando graves daños medioambientales. A pesar de que en los últimos años muchos europeos se han concienciado y reutilizan sus bolsas, otros todavía siguen necesitando bolsas de plástico nuevas cuando van a la compra.
“Simplemente es que se me olvida”, dice esta chica. “Llevo siempre mi bolsa de tela, no pesa mucho. Es una cuestión de acostumbrase a llevarla”, asegura este hombre.
Bruselas ha pedido a los países que pongan precio a las bolsas, las prohiban o tomen medidas para reducir su consumo.
François de Bie, de European Bioplastics, defiende el uso de las bolsas de origen vegetal o bien compostables. “Porque son mucho más sostenibles y ayudan a educar al consumidor para que valore más las bolsas de plástico y no las traten como si fueran basura”, asegura.
La Comisión Europea no cree que las bolsas biodegradables sean una alternativa para reducir la basura y la contaminación.
“El plástico biodegradable solamente se degradará si se deposita y se trata en las condiciones adecuadas, como en las instalaciones de tratamiento de residuos biológicos o en las plantas industriales de compostaje. Por tanto no es la solución a los problemas de la basura”, ha explicado el comisario de Medio Ambiente, Janez Potocnik.
Los europeos siguen utilizando,de media, 175 bolsas al año.